sábado, 14 de marzo de 2009

Capitulo 1.

Todo se veía verde en las colinas, la primavera había llegado fuerte a Lirien,
Dejando atrás un invierno crudo, donde la nieve fue la única visitante de la ciudad.
Los campos revivían, las cosechas esta temporada serian buenas.
Era un día normal, Leiden se había levantado junto al sol, aunque prácticamente no había pegado un ojo en toda la noche.
Como estas hijo? Pregunta la madre
Ya estará el desayuno.
Buen día mama, creo que estoy bien
Mas de tus sueños? Interrumpe el padre.
Si. Otra vez ese sueño…
Siento que corro, pero mis pies no se mueven, escucho los gritos de mi hermana
Irkia en el jardín, nadie la escucha, solo yo.
Nadie puede ir a buscarla, mis padres duermen, mis hermanos no están.
El miedo me ahoga, no puedo gritar, y ella, una y otra vez repite mi nombre
Leiden, Leiden, Leiden!
No entiendo como mis padres no se despiertan…
Ya voy, trato de pronunciar, pero mi voz es solo un susurro.
Siento mi cuerpo pesado, cada paso es eterno.
Al fin llego al jardín, todo es oscuridad.
La única luz proviene de la 5ta luna, pero aun no veo su figura.
De repente silencio.
Lo único que puedo oír son los árboles agitados por el viento, sin mencionar, claro, los latidos de mí acelerado corazón.
Donde estas Irkia? Al fin logro gritar.
Nada.
Irkia, ven, ven hacia mí, soy yo, Leiden, tu hermano.
Ninguna respuesta, solo una sensación.
Irkia ya no esta.
Vuelvo a la realidad, la joven y bella Irkia irrumpe en la cocina y abraza a mi padre.
Recuerdo una vez mas, que todo fue un sueño.
Por fin llegan a tiempo para desayunar, reprende mi madre a Zirma y Athos, los gemelos, y además integrantes mas pequeños de la familia.
Momento, no hay que olvidarse de Darest nuestro fiel can, vive con nosotros desde que tengo uso de razón.
Es un pueblo pequeño, pero más allá de eso un herrero siempre es necesario.
Framar, es nuestro padre, y también oficia como ese herrero necesario.
Con un pasado militar, sumado a su profesión, Framar se convirtió en el mejor espadachín que conocí.
Además de ser mi padre, es mi mentor.
Y mi madre, tan dulce…
Durante mucho tiempo solo se dedico a criarnos, pero desde que los inviernos empezaron a ser más crudos, a tal punto de volverse blancos, matando las cosechas y a la mayoría de nuestros animales (de esa manera inexplicable) ella no tuvo más remedio que buscar un empleo.
La única experiencia que tenía comprendía al hogar, y su sector favorito.
La cocina, con su especialidad, las tartas de moras.
Fue así que decidió empezar a prepararlas no solo para nosotros.
Arameth, la señora de las tartas. Paso a ser su nuevo apodo.
Zirma, Athos, llegaran tarde a la escuela! A prepararse!
Vamos pequeños, obedezcan a su padre.
Mama, es aburrido estudiar, la profesora Mithchel no para de hablar.
Vamos Athos, tienes que estudiar, sino nunca serás un príncipe.
Mira a tu hermano.
Leiden no es ningún príncipe mama.
Y el pequeño tenia razón, si bien había completado mis estudios estaba muy alejado de ser un príncipe, mi reino se limitaba a mi habitación, mi corcel no existía mas que en mi imaginación, y mi reina era inalcanzable…
Aunque vivía a solo dos calles de mi hogar, Geril era solamente un sueño, que no coincidía con mis noches.
En fin, Irkia, Zirma y Athos partieron para la escuela.
Mi mama, se alistaba para juntar moras; mientras que mi padre se interno en su segundo hogar, su taller.
Si bien yo acostumbraba a ayudarlo, hoy no sentía ganas, era la primera mañana de primavera y Darest merecía un paseo.

- Leiden, mi viejo y querido amigo!
Imposible no reconocer la voz de Haramell, crecimos juntos.
Luego del fuerte abrazo exprese
- Has vuelto Hara, al fin. Como te fue?
-bien hermano, he recorrido tanto la tierra de Melania que no existe el tiempo necesario para contarte todo lo vivido, las aventuras soñadas, ni los amores perdidos.
Lo único que te adelantare es que cumplí mi misión principal.
Estoy feliz, pero extrañaba mi hogar, por eso volví.
- me alegra que estés aquí, de nuevo con nosotros amigo, que te parece si esta noche cenamos juntos en la vieja posada, todavía siguen haciendo esa cerveza de nuez que tanto nos gustaba compartir.
- Es un trato Leiden, nos vemos ahí, antes de que se asome Sadome, la 2da luna.

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