Las historias siempre están marcadas, siempre tienen un destino…
Pero esta es diferente.
Siglos atrás, donde las personas fundian sus creencias en la magia,
donde defender la amistad era el honor mas grande,
donde el amor era el bien mas preciado, existió un joven,
capaz de cambiar las reglas.
Tal vez como vos, tal vez como yo...
El destino estaba marcado, la forja había sido realizada.
Era ella, la única capaz de destruir todo tipo de vida,
solo se necesitaba un poco de Agnatio,
el alma de una virgen,
y la sangre de un inocente para despertarla.
Nadie seria capaz de destruirla,
su fuerza iba más allá de los límites de la imaginación.
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